Y lejos de extraditar a un violador y a un torturador –Andrés Roemer y Tomás Zerón de Lucio, respectivamente-, les ha ofrecido una suerte de paraíso, en donde muy bien esperan que las cosas en México, se enfríen.
Si así fue, si Bermúdez Requena se fue a tierras judías, seguro que el asunto habrá de quedar en una suerte de impasse, uno o dos años más, si no es que los cinco que le quedan al sexenio.
No parece que ésa sea la ruta más conveniente para el gobierno mexicano:
Cuando la Presidenta de la República está cerca de cumplir su primer año de gobierno, este caso amenaza su popularidad:
Encuestadores varios coinciden en que la aceptación ciudadana a la mandataria va al alza: más del 80 por ciento. Y, coinciden, podría aumentar.
Pero si el caso Adán Augusto no se esclarece a satisfacción del respetable, la popularidad de la Presidenta estaría en riesgo.
Pero aún si ése fuera el daño más importante, quizás la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo no tendría tanto de qué preocuparse.
La mandataria sabe bien que no sólo cuenta con la gran legitimidad que le dieron lo más de 35 millones de votos que consiguió en las elecciones presidenciales.
Sabe también que cuenta con la honorabilidad de su trayectoria desde que estaba en la oposición, así como su congruencia política y la firmeza de sus convicciones.
Todos esos atributos no pasan desapercibidos para el común de la ciudadanía. Por algo el aumento de su aceptación entre la ciudadanía.
Pero hay algo más.
Estarían en riesgo, eventualmente, los comicios del 2027; esto es, conservar la mayoría morenista en el Congreso. Y en riesgo también, el proyecto de Nación de la 4T. Y básicamente, la credibilidad del lópezobradorismo.
Al margen del escándalo que con este asunto ha armado la oposición, bien haría el senador López Hernández en dar su testimonio, aunque ello implique pagar las consecuencias.
De preferencia, que lo haga por iniciativa propia.
El mejor de los escenarios sería que, de verdad, el senador tabasqueño nada hubiera sabido de las conductas delictivas de Bermúdez Requena.
No parece que haya muchas probabilidades de que así ocurra.
Y en cambio, la menor de las inconsistencias del relato que se ofrezca para exonerar al legislador, sería de catastróficas consecuencias: sin duda, el fin de su carrera política.
Y acaso, el principio del fin de la 4T.
La oposición, a no dudar, se frota las manos.
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